
Cambiar de casa viene cargado de emociones: ilusión, nervios y, seamos sinceros... ¡estrés!. Entre cajas que parecen multiplicarse, muebles que no entran en el nuevo espacio y la clásica pregunta: "¿De dónde salieron tantas cosas?"
Mudarse puede pasar de emocionante a abrumador en segundos.
Pero tranquilo: mudarte no tiene que ser un caos. Con un poco de planificación (y los muebles adecuados), podés transformar el proceso en algo mucho más llevadero. Acá te contamos cómo:
1. El dilema de los muebles: ¿llevo lo viejo o renuevo?
Mudarte es el momento perfecto para hacer un reset. Te recomendamos preguntarte:
✅ ¿Este mueble realmente me gusta o lo tengo por costumbre?
✅ ¿Encaja con el nuevo espacio?
✅ ¿Vale la pena el esfuerzo de trasladarlo, o es hora de cambiarlo?
- Tip: Muchas veces, trasladar muebles grandes que no se adaptan termina siendo más complicado que invertir en piezas nuevas y funcionales.
¿La solución?
Apostá por piezas que sean versátiles y duraderas. Sabemos que la mudanza implica gastos, pero invertir en muebles de calidad que te acompañen por años es un ahorro a largo plazo.
2. Organización: clave para no perder la cabeza
Sabemos que armar cajas es un trabajo... pero desempaquetar sin orden es peor.
- Etiquetá cada caja con el ambiente al que corresponde y una breve descripción.
- Llevá un bolso con lo esencial para las primeras 24 horas (ropa, cargador, algo para picar y ¡café!).
- Y lo más importante: priorizá armar los espacios que usás todos los días. Sí, el sofá y la cama van primero.
Con un buen sofá cama, podés tener comodidad inmediata apenas llegues. Armarlo en segundos y recargár energías para seguir al día siguiente.